Tocate toda

A vos, que tenés ganas, que los pensamientos se te agolpan en el pecho, que por las noches te cansás de dar vueltas en la cama, que no sabés si te envuelve la sed, la ansiedad, o las ganas de comer algo rico.
A vos, que te duele el corazoncito, te preocupa la mediocridad, te asusta el mañana, o te moviliza no sentirte sola.
A vos chiquita, que estás abriéndote paso por el mundo cual mariposa, que sentís que te late la vagina, que tus pechos merecen ser mirados, manoseados, repletos de elogios y de saliva, y que tu cola necesita unos chirlitos dulces. Te pido que te toques, que dejes volar a tu imaginación en las alas de tus deseos. Pueden ser prohibidos, perversos, inescrupulosos, alocados, incestuosos, condenables según para quienes… pero sólo son deseos. Una pequeña partícula de las ambiciones que tal vez no podemos resolver. Pero son el motor, el combustible, el por qué y el para qué de la vida.
Tocate, descubrite, mimate toda. Aprendé a valorar tu esencia, disfrutá del roce de tus sábanas, acostate desnuda de prejuicios, y jugá con tu bombachita, que es la tela sagrada que guarda tus fulgores de nena, adolescente y mujer, sin ningún tipo de preguntas.
Admirate en el espejo, reconocete, date besos sucios en el vidrio, empañalo con tu aliento fresco, cerrá los ojos y acariciate.
Perfumá tu alma con tus misterios, y permitite soñar hasta que sientas que en la puerta de tu sexo algo te conduce a temblar.
Olete las manos cuando te toques la conchita. Olé tu bombacha, lamela, hablale, regalale gotitas de tu saliva y frotala muy despacito en tu clítoris.
Caminá desnudita por tu cuarto, pegate en la cola, poné música y bailá, o simplemente hacelo en silencio, sólo arropada con los compases de tus latidos.
Imaginate todo. La pija de tu hermano estirando la tela de su bóxer ajustado, y a él acostado en una siesta profunda. Las gomas de tu prima en un escote prominente. La boca de dos chicos disputándose el dulzor de tus pezones erectos.
¡Ahora es el turno de que te toques las tetas amiguita! Rodeá tus pezones con tus dedos, poneles salivita y volvé a intentarlo, y si sos pechugona, no te pierdas el éxtasis de chuparlos vos misma.
Ahora imaginate en el medio de la calle, a punto de ser abordada por dos tipos que piensan en llevarte a un descampado. Las cosas que te harían allí, uuuuuf, y vos estás en una encrucijada! Te gusta, te calienta la idea, pero no querés que te lastimen.
Entonces, sos la chica a la que un viejo no para de mirarle la cola.
Pegate en ese culo pendeja, abrite las nalgas, movelo, pellizcate y frotate la conchita, pero siempre suave!
Te imaginás en un subte lleno de gente, en medio de varios chicos universitarios. Sentís que te apoyan por todos lados, y que unas manos intrépidas te suben la pollera y te amasan el culo. No podés hablar porque te paraliza el terror, pero te excita lo que al final no pasa, que es que alguno de ellos te meta la pija de una, entre toda la gente. Ellos también esperan mirarte gozar. Te ayudan a desabrocharte el corpiño con sus mentes sucias, para que otras bocas te vistan los pezones con interminables ríos de saliva mundana.
Abrí más las piernas. Dejá que tus primeras oleadas de flujo desciendan hasta tu ano. Juntá las plantas de tus pies para mirar a tu sexo como lo que verdaderamente es, una obra de arte.
Ahora, una chica te pide que te quedes en corpiño y bombacha porque, quiere plasmar tu silueta, tu figura y tu sex-appeal en un dibujo artístico. Vos te mojás porque la chica te mira las tetas con insistencia, se deja llevar por la idea de poseerte, y vos también querés besarla.
Tu papá te vio en calzones correteando por la casa, porque pensabas que no había nadie, y de repente él aparece. Te lo quiere arrancar con los dientes, verificar que ya no tenés olor a pichí como una nena, sino que ahora tu vulva huele como la de una auténtica hembra salvaje.
Seguí tocándote chancha! Abrite más, pegá tus talones a la cola, y si aún no te sacaste la bombacha, no lo hagas! Detenete a ver cómo se te empapa de tanto frotarte!
Ahora hacelo más fuerte. Pajeate pervertida, que ahora tu tío te mira desde un ventanal! Dale, que en el colegio tu profesor de educación física te muestra que tiene el bulto paradísimo por vos, de tanto mirarte echadita en el pasto haciendo flexiones, y parando esa colita de gata que tenés!
No temas hacer el ridículo. Sentite sexy, hermosa, sucia y bien perra!
Quiero enterarme de que ya dos dedos conquistan tu vagina, que ya estás disfrutando, y que gemís. No te olvides de gemir, de decirte palabritas asquerosas, de amor, de calentura o de lo que la inspiración le dicte a tu consciencia.
Otra vez en la calle, un ex novio te propone que le hagas sexo oral en un telo para recordar viejos tiempos. ¡Uuuuy, tu boca se vuelve un cosquilleo insoportable, porque querés esa lechita!
Vos también pedite la leche, saciá tu cuerpo. Hacete pis si te gusta ese morbo, y hacete acabar! Quiero que te frotes la concha con actitud, personalidad, libre, asolas o con amigas. ¡Eso, seguramente alguna vez te comió la cabecita! Te excita imaginar a tus amigas en bolas, dando un concierto de paja grupal en el escenario más confortable en el que se convirtió tu cama. Más de una se tentaría por lamer tu conchita en estado volcánico!
Estás cerquita nena? Lamete los dedos, escupite las manos y moldeá tus tetas, esas tetas de putita calentona, y gemime al oído. Abrite toda, frotate más, así, fuerte, y no pares cochina, que sos pajera y te gusta! Dale que mi conchita también arde por dentro y por fuera!
A mí también me molesta la bombachita mojada. Sacate las ganas perrita! Aprendé a sentirte llegar, de a poco, y gritá todo lo que quieras. Nadie te escucha. Y, si eso pasa, que te miren cómo te acabás encima, desnuda, transpirada, y plena, porque todo es fruto de tu mente.
Te ves embarazada con un tipo empomándote la cola en una estación de servicio, o tomándole la leche a un pendejo a la salida del boliche en un auto prestado, o coqueteando con tu tío hasta que éste te pide que le muestres la bombacha. Como sos muy cínica, te atrevés a enterarlo de que no hay nada debajo de tu pollera.
Contame qué es lo que más te calienta, todo lo que en tus sueños te hace volar, y abrime más las piernitas! No te cubras las tetas por nada del mundo, para que la luna que entra por tu ventana te las envidie.
Si estás en el living, no te atrevas a dejarte ni una prenda puesta. Es más, tu bombacha permanecerá unos días bajo el sillón. Que la encuentre tu mami, tu empleada, tu hijo o tu esposo. Cuando eso suceda no les niegues que es tuya, y deciles que te hiciste una paja inolvidable, porque no dabas más.
Tu cuerpo no es solo la apariencia estética, el envase superficial y sistemático que el universo establece. Tu cerebro no es solo una caja de intelecto, información, memoria y funciones vitales. ¡Tu vagina no solo fue creada para hacer pipí!
Te gustaría contarle a tu abuela que te fascina tener una pija dura y bien parada en la boca, que te tragás la leche o que la escupís en el suelo para despreciarlo si no te gustó su sabor?
Abrí y cerrá las piernas para darte más placer, y si tenés un consolador, chupalo todo, pasátelo por las gomas, pegate con él en la cara, penetrate en cuatro patas. Sentí tu fuego, tus aromas, tus temblores. Respetate y date amor. Hacete el amor con tus manitos, y no pares de gemir. Embelesate con tus suspiros, abrazate al torrente de jugos que se avecina en tu conchita hermosa, estrechita, de labios carnosos o finos, depilada o con un bosquecito, sensible o imponente, pero date felicidad. Hacete tu putita, comete el chiche cuando lo saques de los mares de tu vulva y metete un dedo en la cola.
Dale mami, así pendejita, ¡si estás tan alzada como yo!
Imaginate que sos una cieguita, que se choca todo y que no sabe si alguien la ve pajeándose con tales hechizos en la piel. Que eso no te importe. Vos amate, cogete bien cogida, masturbate en el nombre de la hipocresía, la ignorancia y los tabúes. Liberate de todo, aflojate y disfrutate siempre!
Contame todo lo que quieras, y una vez más te pido que no dejes de tocarte.
Hasta prontito divina, y no te vayas a bañar una vez que el sismo se apersone para aliviar tu carga sexual. Dormite así, acabadita, fragante, perversa y desnuda. ¡Nunca te olvides de amarte inmensamente!  Fin

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Comentarios

  1. La verdad que este relato tiene algo que me atrapó, ella dando consejos a otra chiquita, la insita a cometer los áctos mas perversos que se pueden llegar a escuchar pero por sobre todas las cosas le dice que no se deje de amar y que se conozca. bien pensado Amvar, siempre escribiendo cosas ricas.

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