"Otros ratones": La mirada de los otros por Don Morrison



 

 

 

 

 

 

Por Don Morrison

 

¿No va a venir nadie? preguntó Paula cuando Milton avisó que se acercaba su cumple, y no pensaba hacer ninguna movida.

 

No, dijo Milton mientras lavaba unas tazas que Paula había dejado a la mañana en la pileta de la cocina

 

¿Y por qué?

 

Porque no soy muy de festejar los cumpleaños. Aparte, acá no tengo amigos, lo que se dice “amigos”. Más bien es gente conocida del trabajo. Mis amigos quedaron en San Luis, respondió Milton, y buscó un repasador para secar las tazas. Milton era visto como parco, inhibido y tranquilo. Podría decirse que muchos lo tenían como aburrido. Tanto en sus años de carrera universitaria como en su vida laboral no logró hacer amistades. En eso la timidez influyó bastante en su personalidad.

 

- Sos más raro vos...

 

- Uhhh, dale, ahí empezás con eso. Soy como soy, y al que no le guste...

 

¡Y si! gritó Paula: Hace un montón de años que te viniste a vivir a Buenos Aires… y ni novia ni amigos. Y por lo que me dijo mi hermana cuando estabas en la Facultad, era lo mismo. Eras igual de raro. ¡Aparte, Buenos Aires loco! ¡Cómo no vas a poder!

 

Novias he tenido, pero amigos me cuesta. ¡qué sé yo! Tampoco me molesta no tenerlos. Con los de San Luis me alcanza

 

Invitá a los del trabajo entonces! Me parece que los de San Luis, están un poco lejos.

 

¡No quiero! respondió Milton ya algo molesto.

 

¡Capaz algún compañero te quiere dar jaja, aprovechá! Se burló Paula

 

Paraá con la boludez...si querés seguir pensando que soy puto pensalo Paula....dijo Milton cansado de ese chiste repetitivo de ella. Él asumía lo de su timidez, el problema era iniciar las relaciones porque después se relajaba y mejoraba. Al menos él se decía eso a él mismo en su cabeza.

 

Y bueno, pero desde que estoy acá nunca una mina...

 

Estás acá porque tu hermana me pidió el favor, porque tus viejos ya no te podían pagar el alquiler, así que podrías agradecer en vez de gastarme... Y desde que estás acá nunca una ayuda… y sin embargo, jamás te digo que sos una mugrienta.

 

Bueno, redoblo la apuesta...desde que estoy acá no te tiraste ni un lance conmigo...

 

Enseguida Milton dijo; Bue, primero que vos, podrías ser mi hija, y segun...

 

¿Tu hija???

 

¡¡Si!!, te llevo 22 años, habría sido un padre joven y precoz, pero podría haberlo sido...dijo Milton mientras repasaba la mesa. Paula, apoyada en el marco de la puerta de la cocina, fue por más: qué lindo hubieras sido un papi veinteañero con una mami veinteañera…tiró con una risita socarrona y seductora.

 

Voy a dejar pasar ese comentario. Y segundo, ¿vos no eras feminista? Si yo me tiro un lance, vos y tus amigas me escrachan, me dicen viejo verde, el patriarcado y la mar en coche

 

- O sea que te hubiera gustado tirarte un lance y no lo hiciste por miedo, ¡pillín pillín!

 

Uhhh Paula, primero puto y ¿ahora cagón?

 

Milton pensaba que el tema no pasaba por ser cagón y recordaba sus presuntas experiencias en las que una vez que lograba entrar en una relación con una mujer, se desataba y se volvía irresistible. El problema era puertas afuera con la mirada del otro...

 

Bueno, saquemos lo de cagón. Pero papitos apenas veinteañeros y medio puto me gusta.

 

La feminista diciendo puto...Igual ya no soy veinteañero Paula. ¿Por qué hablamos de esto nena? ¡No te entiendo!

 

Porque es sospechoso que pases tanto tiempo solo, incluido tu cumple

 

Me llevo bien con mi soledad

 

¿Te matás a pajas?

 

Paula!!

 

¡¡¡Bueno!!! Yo bastante

 

Yo no te pregunté

 

¿No se me escucha?

 

No

 

A vos tampoco. Debés tener un tambo ahí, que lo descargás en silencio jajaja

 

De verdad que no te entiendo

 

¿Qué cosa?

 

No terminaste de estudiar, tenés 22 años, tus viejos te mantienen como pueden, te hago el aguante por tu hermana, y me bardeás...

 

No te bardeo... Y, ya que estamos: ¿Con mi hermana nada? Ella me dijo que no. ¡Pero, mucho no le creo!

 

Nada

 

¿Pero viste el culo que tiene? Lo mantiene a pesar de sus 44

 

Sí, y lo mantiene re bien.

 

Ahh se lo visteeeee pillín

 

Milton se cansó, perdió la paciencia como cuando se enoja en las discusiones y se le acelera el habla y el discurso. El interrogatorio de Paula no era nuevo. Así que, cuando se cansó, decidió jugar con fuego y se acercó a Paula en la entrada de la cocina

 

A ver Paula, ¿qué querés saber? Vamos al grano, te contesto lo que quieras si prometés que no sale de acá y se acaba esta charla. ¿OK?

 

Dale

 

Te escucho

 

¿Te haces la paja?

 

Dos veces por día, al despertarme y a la noche. Fines de semana capaz tres

 

¿Un montón!

 

Siguiente pregunta

 

¿Hace cuánto no coges?

 

Un año y tres meses

 

¿Por qué?

 

Porque no encuentro nadie para coger como quiero. ¿Qué es coger cómo quiero? Porque vos te hacés la viva, pero no tenés pinta de saber mucho. Un ejemplo, sería bombear sin parar durante largo tiempo, transpirar, chuparnos la transpiración, comernos el culo la concha el pito… Todo.

 

¡Apa! ¡Te destapaste! ¡Terrible!

 

¿Acaso no eras curiosa? Ahora bancatelá.

 

Siempre me la banco

 

No creo

 

¿Te pajeaste pensando en mí?

 

Sí, claro.

 

¿Qué pensaste?

 

Que te cogía hasta que te enamoraba. Eso hacía que tengamos un proyecto de vida. Esas cosas también me calientan, no solo es un par de tetas. Ya juntos, yo llegaba a casa y me chupabas la pija hasta acabar, te quedaba leche en los labios y nos dábamos un beso para compartirla.

 

¡Perverso!

 

¿Ahora soy perverso? ¿Ves que no te la bancás? Sos una feminista de cartón!

 

¿Me mostrás la pija?

 

Con una condición

 

¿Cuál?

 

Si te parece grande me la envolvés con el pañuelo verde.

 

Pajero

 

Muy pajero, mirá lo que es esto...

 

Es muy gorda, Dios realmente gorda

 

Pasale el pañuelo… Mirá que lindo queda para que le muestres a tus amigas tortas. Haceme la paja y te lo lleno de leche

 

Estoy mojada

 

Lo sé. ¿Querés seguir jugando?

 

Sí. ¿No se nota?

 

Metete un dedo en la concha y dámelo de probar

 

Paula se apoyó en la mesada, se metió el dedo por abajo de su short, flexionó las piernas para que, entre más, suspiró y lo saco todo mojado.

 

Mmm, rico, rico. Lindo para que deje la leche ahí. ¿querés?

 

Si, hombre raro de 44...igual, no te agrandes porque dijiste que no cogés hace más de un año...capaz todo eso que decís es imaginación por tantas pajas...

 

Capaz que sí, sin embargo, te quedaste y hasta te metiste un dedo… ¿Y vos? ¿Hace cuánto no cogés?

 

¿Si te digo que hace unas horas, me crees?

 

No.

 

Problema tuyo. Si me dieras un beso capaz sentirías aliento a conchita.

 

O sea que no fue con un tipo, sino con una de tus amigas tortas.

 

Por lo menos cojo, no como otros…Es una chica que conocí el viernes en el recital de Eruca Sativa.

 

¡¡Te gusta el rock!! ¡¡Qué bueno!!

 

Paula se paralizó y lo miró indignada.

 

Por estas cosas no cogés, Milton, me hacés meter un dedo, me mostrás la chota y terminás hablando de música. Sos un pajero.

 

Paula se fue enojada directo para el baño y pegó un portazo. Milton se dio cuenta de la pavada que se le escapó del cerebro, y de la oportunidad que había perdido. Mirando la mesada reflexionó sobre si Paula no le había dicho una gran verdad.

 

¡Pau perdoname… Tenés razón! dijo Milton al lado de la puerta del baño

 

Andá a hacerte una paja Milton, y poné a Charly García de fondo.

 

Milton hizo silencio y recordó cómo le gustaba la guitarrista de Charly Garcia,fallecida hace unos años. Si le habré dedicado pajas, pensó con melancolía.

 

Dale Pau, en serio.

 

¡Ya fue loco, no te preocupes, que no le voy a contar a mi hermana, ni te voy a joder! ¡Pero posta se cortó la onda! ¡Quedate el pañuelo si querés así te hacés una paja con eso! Porque vos decís que odiás a las feministas, pero bien que te calientan...

 

Y ...un poco...

 

Ves pajerito, yo seré pendeja, pero te saco la ficha enseguida. ¿Quién te calienta? ¿Malena Pichottt? Esa es feminista con Osde, pero te calienta.

 

Me encanta, dijo Milton para sus adentros para no reconocerle nada a Paula

 

Contestá pajerito, dijo Paula desde adentro del baño.

 

Dale Paula, salí.

 

¡Decime quien te calienta, y por ahí salgo, forro! dijo Paula ya enojada.

 

Esa que hablaba de la pobreza que sale en televisión y habla de política.

 

¿Cuál? ¿La que se llama Mayra?

 

¡Sí, esa!! ¡Uyyy, con esos rulos y esa boca, me imagino cogiendola en cuatro mientras le chupa la pija a otro! Milton se había descontrolado, se había desbocado y no se había dado cuenta. Paula salió de repente completamente furiosa, lo agarró de la remera y lo apoyó fuertemente contra la pared.

 

¡Esa no es feminista pajero, esa es peroncha! ¿No ves que no entendés nada? ¡Igual a vos te gustan todas, absolutamente todas!

 

Si Pau, todas, y vos también.

 

De mí, olvidate nene. ¿Te habías enojado antes? Ahora me enojo yo, ahora la boluda de veintipico esta enojada. Sacá la pija y pajeate, marmota.

 

A Milton le gustó lo que escuchaba. Así que, desencajado sacó la pija y empezó a sacudírsela con furia, con la voz de esa hembra rebanándole los sentidos.

 

Dale pajerito, rompete esa verga, verga grande al pedo porque no la ponés nunca. Imaginate a Malena comiéndole las tetas a Mayra toda sudada y vos chupándole la transpiración.

Imaginate a mi hermana, pajero, con ese culo bien trabajado. Dale nene, que alguna vez tenés que usar ese pitote hermoso, gordo y lleno de leche.

 

Milton cerraba fuertemente los ojos y no paraba de sacudirse el pito violentamente. Paula lo miraba con profundo regocijo, pero él no podía encontrar su mirada.

 

¡A vos te gusta más pajearte que ponerla! ¡Esa es la verdad! ¡Y te calienta escuchar eso! ¿Vos qué pensás?

 

Si Pau, me pone loquito.

 

No la ponés porque creés que nadie quiere estar con vos pajero. Pero esa es una idea tuya, la mirada del otro que decís es una excusa porque te gusta más pajearte que coger.

 

¡Ay Pau, ay!

 

¿Estás cerca?

 

¡Sii, siii, guacha!

 

Paula le apretó una mejilla y comenzó a insultarlo con furia. Parecía que Milton iba a estallar

 

¿Dónde quedó el machito que me apuraba recién? ¡Estás humillado y te encanta!¡Así que ahora, acabá perro!

 

Milton inclinó su cuerpo y empezó a largar borbotones de semen que ensuciaron el piso y las piernas de Paula. Se quedó unos segundos en esa posición, y la chica, totalmente agitada, mordiéndose los labios y palpándose la concha por arriba del short, le acarició la cabeza con ternura.

 

Muy bien Milton, muy bien...Limpiá todo esto que yo salgo un rato. ¡Cuando vuelva te sigo ayudando a descargar ese tambo! ¡Y no me importa si no querés! ¡Ah, y te cuento que mañana tengo una entrevista de trabajo! Así que si me va bien voy a colaborar con algo para la casa. Voy a tener que repartirme entre el estudio y el trabajo.

 

¿Entrevista para qué tipo de trabajo? Preguntó Milton todo transpirado y feliz por haber sido vencido por la calentura.

 

¡Creo que, administrativa en un Jardín! En un rato vuelvo y te cuento. ¡Chau loquito!

 

Paula cerró la puerta y Milton quedó pensativo frente al charco de semen que todavía tenía que limpiar. La palabra loquito quedó resonando en el lugar.

Fin

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