"Otros ratones": Nada como tu pene por Crisálida

 


 

 

 

 

 

 

Nada como tu majestuosidad imponente,

Como tu tempestuoso renacer al contacto de mi esencia,

Mi carne, mi seda blanca, mis partes más volubles.

 

Nada como tu fiereza entre mis senos,

Como el inminente impacto del mar contra las rocas.

Nada como tu elegancia cuando mis manos te acarician,

Y tu generosidad te vuelve irresistible para mis ansias,

Te convierte en pecado, auxilio y desdén,

En locura prohibida, o en mi lujuria incontenible.

 

Mis pechos se mecen al compás de tus conquistas,

Mi saliva se declara presagio y veneración,

Mis manos ensueñan con la textura de tu piel cada vez más tensa,

Y mi vulva se embriaga de celo

Al reconocerte peligrosamente cerca de mi ser.

 

Entonces, la carne se me desgarra por poseerte,

Mi lengua se encomienda a ese sabor tan tuyo,

Mi voz se deshace en un suspiro que se parece a un tierno gemido,

Y mis amaneceres desean mojarse con el rocío de tu seducción.

 

Mi cuerpo necesita de los sismos de tu ferocidad,

La insistencia del combate de tu arrogancia

Cuando todo lo que te domina es el instinto animal más verdadero,

Cuando todo lo que te impulsa es el fuego que mi cuerpo te corresponde.

 

Necesito de tu guerra inacabable,

De tu impune forma de penetrarme,

De llevarme al límite de la consciencia,

De ponerme contra la pared de todas mis estructuras,

De abrirme cada poro, cada orificio del alma y la piel.

 

Quiero que seas solo mío,

Entre las sábanas, en los paisajes del abismo,

Sobre un colchón de hojas perfumadas,

En los páramos de la propia sensualidad,

O arriba de los sillones de todas las hembras que no pueden tenerte.

 

Quiero beber de tu bondad como si mi sed no tuviese un por qué,

Ni un hasta mañana tan próximo,

Ni un adiós con olor a despedidas.

 

Quiero llenarme de ti,

De tu sexo dominante y fértil,

Del sudor de tus designios,

De la abundancia que fluye por tus venas

Cuando mi boca no sabe controlarse,

Y te somete a los caprichos de mis labios afiebrados.

 

Solo puedo sentirme mujer si te siento,

Si puedo adorarte en las profundidades de mi semilla,

Si puedo concederte una noche en los umbrales de mi culo,

Si te tengo cerca de mis besos impacientes

Para coronarte con las nubes de mi aliento,

O si te veo altivo y suplicante entre mis tetas,

Cada vez más decidido a llover sobre mi desnudez.

Comentarios